Ya hace dos años, parece mentira como de rápido pasan los
días, los meses y ahora los años. Sigues
siendo pequeño para mí, pero fuerte como siempre. Ya naciste especial, y
continuaras siendo especial. Leo, hoy hace dos años que tenías una posibilidad
de estar con nosotros, hoy hace dos años que podías tener un futuro, hoy hace
dos años que fuiste trasplantado de medula ósea, gracias a una madre que donó
el cordón umbilical de su hija recién nacida en Madrid.
Tengo que decirte que el trasplante en sí, no era
complicado, más bien era otro liquido entrando por tu pequeño cuerpo, llevábamos
7 meses esperando el momento, y cuando llegó no sentí miedo, porque tu no lo
tenias, solo pensaba en que tenía que ir bien. Recuerdo como si fuera hoy todos
los días que pasamos en el hospital, recuerdo a las enfermeras, a Xavi nuestro
querido fisio, a los dietistas, al personal de limpieza, al de mantenimiento, a
los doctores que aun visitamos, a todos y cada uno de ellos, porque al final
eran parte de nosotros. Recuerdo la habitación en la que pasamos casi un año,
recuerdo todos nuestros vecinos que pasaron más o menos tiempo allí. Parece
mucho tiempo, verdad? Es una extraña sensación, pero ahora no me lo parece, quizás
Leo porque todo salió bien.
No aprendiste allí a hablar, ni a masticar porque siempre íbamos
con mascarilla y no podías “copiar” los movimientos de la boca; si que
aprendiste a caminar, primero encima de la cama porque no podías tocar el
suelo, y después te traje unas bambas y caminabas por la habitación, la yaya o
yo te aguantábamos con una mano, y con la otra tirábamos del palo donde colgaba
alguna medicación.
Casi dos meses después del trasplante Leo, nos daban el
alta, pero te dio fiebre y nos quedamos allí, pasaste todo el día con mucha
fiebre, y esa noche me quedé contigo, la yaya y yo nos turnábamos las noches en
el hospital. Esa noche Leo, si que sentí miedo porque te quejabas mucho, solo
suspirando, porque tu casi nunca llorabas, y ahora tampoco lo haces. Pasamos la
noche despiertos y yo te tuve toda la noche en brazos, sentada en el sofá, y
amaneció y a media mañana nos trasladaban a la UCI, tenías una infección en la
sangre debido a que el catéter se había infectado con una bacteria, tenias
sepsis. La yaya estaba contigo en la habitación, y el yayo y yo estábamos en el
pasillo, porque todos los médicos de planta, las enfermeras y las doctoras de la
UCI estaban en tu habitación, entonces salió la doctora y nos dijo al yayo y a mí
que tenías una infección muy grave. Llamé a papa para que viniese.
Pasamos 10 días en la UCI, y me dejaron estar contigo los
diez días, pasaste casi todo el tiempo enganchado a tantas bombas que solo se veían
tubos y tubos, y aun así querías que yo te cogiese, y era lo que hacía, te cogía
y te tumbaba conmigo en aquel butacón; lo hiciste muy bien, porque eres un
campeón Leo. Salimos de allí cuando casi no nos dieron esperanza de que lo
hicieses. El trasplante parecía que se estaba perdiendo, así que como ves todo
eran buenas noticias. Pero tú, eres muy fuerte.
Volvimos a planta, y pasamos otro mes allí, nuestra pequeña
burbuja. El trasplante aguantaba por los pelos, pero tus defensas no subían.
Nos dieron el alta y….volviste a tener fiebre, pero esta vez Leo era
diferente, tu catéter volvió a
infectarse, pero aunque tenias fiebre estabas contento, y no tuvimos que bajar
a la UCI.
En Junio nos dieron el alta. Con la premisa que en
Septiembre ingresábamos porque el trasplante no estaba funcionando y la doctora
ya había dado la orden de buscar un nuevo donante.
Abrimos la puerta de nuestra “casa”, la que imagino que solo
conocías, y no querías salir. Llorabas por el pasillo, querías volver a entrar.
Me puse contigo detrás en el coche, tenias los ojos muy abiertos, todo era
nuevo para ti, los coches, los arboles, la calle, la gente. Llegamos a casa, y parecía que conocías todo
aquello. Llegó Aloma y los yayos, y saliste al jardín con Aloma. Desde entonces
Leo, sigues en casa.
En Agosto, nos dieron la gran noticia que tus defensas habían
llegado a mil! Eso significaba que si se mantenían, no tendríamos que hacer un
segundo trasplante.
Hoy Leo, dos años después seguimos de revisiones, pero eso
carece de importancia, lo importante es que puedes explicar que pronto irás al
colegio.
Tú mi pequeño héroe eres tan especial para mí.
A todos los que nos apoyasteis, los que nos seguisteis tanto
tiempo, a todos los que estáis ayudando, a los profesionales de la medicina, a
los voluntarios, a la gente de la calle que te para y pregunta, especialmente a
los que os hicisteis donantes y comprendisteis que dar es un gesto que no se
puede pagar con nada, solo con la propia satisfacción de saber que alguien vive
gracias a ti; pero sobretodo a todos los que lucharon con fuerza, con toda su fuerza y que ahora ya descansan, a ellos a todos ellos,
gracias por enseñarnos que siempre hay que ser héroes.